Luego de aterrizar en la capital de La Guajira, el Fondo Colombia Sostenible junto al BID, las Embajadas de Noruega y Suiza, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), Corpoguajira y Amazon Conservation Team (ACT), se dirigieron hacia la vereda Larga la Vida en Dibulla. El objetivo de la visita fue visitar uno de los predios parte del proyecto “Restauración Ecológica, Rehabilitación Y Recuperación de Ecosistemas Degradados” implementado por ACT, para su seguimiento y cumplimiento de las Salvaguardas Ambientales y Sociales.

Para dar comienzo a la jornada, el recibimiento y presentación de los asistentes se realizó con fruta fresca y patacones recién hechos por la comunidad. Representantes de las 26 familias de la vereda, de las 31 priorizadas en el proyecto en la región, presentaron desde sus experiencias el proceso de planificación predial, las capacitaciones y la firma de los acuerdos de conservación comunitarios, con la entrega de herramientas e insumos. Además, compartieron información sobre la gira de intercambio de experiencias con iniciativas de otras veredas y ciudades, en la producción de palma amarga, mango Tommy y cacao entre otros, para el mejoramiento de su producción y ampliación de sus conocimientos.

La comunidad hizo especial énfasis en la necesidad de resguardar las fuentes hídricas y la importancia de que las nuevas generaciones se sientan cada vez más arraigados a sus territorios. Así mismo, como lo aseguró Pastora Cantillo, Presidenta de la Junta de Acción Comunal y participante del proyecto, “la recolección y siembra de semillas nativas es fundamental para que no siga desapareciendo lo nuestro”.

Por ello, como corazón del proyecto se crearon un vivero comunitario y dos satélites, donde se sembrarán en total 92.000 plántulas, correspondientes a diversas especies de frutales y maderables. Es decir que, se conservarán 155 hectáreas a través 36 unidades productivas en sistemas agroforestales como aguacate, níspero, naranja criolla y palma amarga.

Finalmente, la comitiva conoció el germinario, donde se siembran y crecen a altura mínima todas las especies, para luego pasarlas al vivero. 6 personas trabajan diariamente en este espacio verde que requiere de mucho cuidado y dedicación. De este vivero salieron los pequeños arboles nativos como caracolís, camajónes, mastres, caneyes entre otros, que durante una actividad simbólica el día de la visita, se plantaron cerca de un nacedero conjuntamente.

Las familias muestran un firme compromiso de restaurar sus territorios para sembrar vida en zonas donde hacía unos años, había porteros ganaderos. Resguardar sus fuentes de agua y garantizar seguridad alimentaria de su gente es fundamental, y este proyecto de restauración es un buen inicio, así lo aseguró Pastora: “Nos han enseñado a cuidar lo que tenemos, antes no lo sabíamos, les agradecemos”

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